"No te ruego, que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, así como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos con tu verdad. Tu palabra es la verdad." San Juan XVII, 15.
"No te ruego, que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, así como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos con tu verdad. Tu palabra es la verdad." San Juan XVII, 15.
"Bienaventurado el hombre, que no anduvo en consejo de impíos, y en camino de pecadores no se paró, y en cátedra de pestilencia no se sentó." Salmo I, 1.
"Siendo el amor la entrega de sí mismo, el amor que entregamos a Dios será tanto más perfecto cuanto más por entero nos demos a él, sin reservas y sin vuelta." Tanquerey, 1224.
"Conseguir, pues, el perdón y borrar hasta los últimos vestigios de aquel [pecado], será abrir el camino para unirnos más estrechamente a Dios." Tanquerey,
"¿Cómo quiere estar en paz mucho tiempo el que se entromete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge?" Imitación de Cristo I, XI, 1.
"Es el hombre un compuesto misterioso de cuerpo y alma, de materia y espíritu que en él se juntan íntimamente para formar una sola naturaleza y una sola persona." Tanquerey.