13 Oct
13Oct

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, mientras estemos en esta vida, regularmente tendremos distracciones, ocasiones de perder tiempo inmiscuyéndonos en la vida de nuestro prójimo, circunstancias que alteren nuestra tranquilidad, por lo cual, se hace necesario determinar el rumbo de nuestra vida, ocuparnos de nuestras obligaciones, emplearnos en nuestra santificación. 

"Mucha paz tendríamos si en los dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen, no quisiésemos meternos. ¿Cómo quiere estar en paz mucho tiempo el que se entromete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge?" Imitación de Cristo I, XI, 1. 

Primero debemos ocuparnos de nuestra salud espiritual, de procurar vivir en estado de gracia, de controlar nuestras pasiones, de hacer fructificar los dones y talentos que hemos recibido, de cumplir con nuestras obligaciones de estado, en fin, vivamos bien, y serán buenos los tiempos. 

Procuremos dedicar cada día, un tiempo para el encuentro con Dios nuestro Señor, para recogernos en la presencia de Dios, para entregarnos al diálogo con nuestro Criador, para abrir nuestro corazón, cuantas gracias podemos recibir con este sencillo ejercicio cada día. 

"Pon los ojos en ti mismo, y guárdate de juzgar las obras ajenas. En juzgar a otro se ocupa uno en vano, yerra muchas veces y peca fácilmente: mas, juzgando y examinándose a sí mismo, se emplea siempre con fruto. Muchas veces juzgamos de las cosas según el gusto o disgusto que nos causan, pues fácilmente perdemos el verdadero juicio de ellas por el amor propio." Imitación de Cristo I, XIV, 1. 

¿Qué nos aprovecha, queridos hermanos, meternos en la vida ajena?, ocupémonos de practicar la virtud, de vencer nuestras pasiones, de examinar nuestra conciencia para hacer buenas confesiones, de cumplir con nuestras obligaciones teniendo pureza de intención, de vivir el Evangelio, de llevar el buen olor de Cristo. 

No te preocupes, si te falta mucho camino por recorrer, ten paciencia, poco a poco se llega lejos, cada día hagamos lo que está de nuestra parte, al paso del tiempo veremos el fruto de nuestro trabajo. 

Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne bendecirnos, concedernos la perseverancia, haciendo lo que está de nuestra parte para llegar a la gloria eterna. 


Dios te bendiga.



Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.