Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, en la vida espiritual es necesaria la definición, la determinación, el deseo llevado a las obras en bien de los intereses de Dios, de la santa Iglesia, del alma; hay épocas en que sabemos exactamente lo que debemos hacer: abandonar el pecado, pero nos falta la definición, y esa situación nos hace dudar, vacilar, perder tiempo; por eso santa Teresa habla de una determinada determinación, nuestro Divino Redentor predicó sobre los tibios, y así, la historia de cada alma, debido a su libre albedrío tiene la capacidad de elección, tiene la voluntad para definirse, y la inteligencia para instruirse en la fe que debe animar sus obras.
Una de las cosas que más afectan a la salud espiritual, es la falta de definición, a veces por el deseo de agradar a muchos, otras veces porque carece de carácter para asumir las consecuencias, por temor a no poder mantenerse en el servicio de Dios y bien de su alma, olvidándose que la Providencia nunca abandona a sus hijos, siempre se contaran con las gracias necesarias para cargar la cruz en por de nuestro Señor.
"Mortificad pues vuestros miembros, que están sobre la tierra: fornicación, impureza, lascivia, deseos malos, y avaricia, que es servicio de ídolos: por las cuales cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de la incredulidad: en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo, cuando vivías en ellas. Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabra torpe de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, despojándoos del hombre viejo con sus hechos, y vistiéndoos del nuevo, de aquel que se renueva por el conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo crió." Colosenses III, 5.
Invoquemos al Espíritu Santo, para pedir la fortaleza que necesitamos, perseveremos en nuestra oración de súplica, ejercitémonos en las cuestiones cotidianas para poner nuestra confianza en Dios, convenzámonos del cuidado que la Divina Providencia tiene sobre nosotros, y vivamos la libertad de los hijos de Dios.
"Y vestíos del hombre nuevo, que fue criado según Dios en justicia, y en santidad de verdad." Efesios IV, 24.
Quiera Dios nuestro Señor, que estas sencillas palabras, nos muevan a confiar en su misericordia, nos ayuden a definirnos por el bien de nuestra salud espiritual, nos acerquen a la oración, a la confianza, a la entrega de nosotros mismos en las manos de la augusta Madre de Dios.
Dios te bendiga.