Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, el Evangelio de hoy nos habla de los diez leprosos que se acercaron a nuestro Divino Redentor para implorar la curación de sus males, y leemos como fueron curados porque hallaron misericordia.
"Y aconteció, que yendo Él a Jerusalén, pasaba por medio de Samaria, y de Galilea. Y entrando en una aldea, salieron a Él diez hombres leprosos, que se pararon de lejos: y alzaron la voz, diciendo: Jesús maestro, ten misericordia de nosotros. Y cuando los vio dijo: id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció, que mientras iban, quedaron limpios. Y uno de ellos, cuando vio, que había quedado limpio, volvió glorificando a Dios a grandes voces. Y se postró en tierra a los pies de Jesús, dándole gracias, y este era Samaritano. Y respondió Jesús, y dijo: ¿por ventura no son diez los que fueron limpios? Y los nueve ¿dónde están? No hubo quien volviese, y diese gloria a Dios, sino este extranjero. Y le dijo: levántate, vete, que tu fe te ha hecho salvo." San Lucas XVII, 11-19.
San Agustín llama leprosos a los que han sido contaminados con falsas doctrinas, encontrándose en peligro de perder su fe y su salvación eterna, los cuales deben ser apartados, curados, por el bien de ellos y de la santa Iglesia.
"Pueden considerarse leprosos, aquellos que, privados de la verdadera fe, profesan las doctrinas variadas y cambiantes del error. No ocultan su ignorancia, sino que la manifiestan a la luz del día, como si fuera una ciencia superior, y la exponen en discursos llenos de jactancia. No hay falsa doctrina que no contenga alguna mezcla de verdad. Esa mezcla de verdades y errores, como matices diversos en la coloración del mismo cuerpo, es representada por la lepra, que macula por modo desigual los cuerpos humanos como tintes de verdaderos y falsos errores." San Agustín, Homilía, libro II, cuestión sobre los Evangelios, capítulo 40.
Nosotros, queridos hermanos, ¿hemos conservado íntegra nuestra fe católica?, ¿nos hemos corrompido con la lepra de falsas doctrinas?, ¿qué tan fieles hemos sido a las enseñanzas del santo Evangelio?... Es muy importante conservar la fe, porque es necesaria para nuestra salvación eterna, ¿cómo salvarse si no tiene fe?...
"El que creyere, y fuere bautizado, será salvo: mas el que no creyere, será condenado." San Marcos XVI, 16.
Debemos esmerarnos en conocer la fe que vamos a resguardar y sostener, precavernos de las malas doctrinas, apartarnos de las personas que pueden corromper nuestra fe católica, tener cuidado con los libros que leemos, y sobre todo, rezad, rezad con fe, con esperanza y confianza a Dios nuestro Señor que se digne concedernos una fe sólida.
Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne bendecirnos, sostenernos en la fe, para que con nuestra correspondencia y esfuerzo personal, podamos al final de nuestra vida gozar de las moradas eternas.