"Vela sobre tí mismo, y sobre la doctrina, persevera en estas cosas. Porque haciendo esto te salvarás a ti mismo, y a los que te oyeren." San Pablo a Timoteo IV, 16.
Pecador, quienquiera que seas, aunque estuvieras con un pie en el abismo, aunque la desesperación haya invadido tu corazón, mira a María, piensa en Ella ,y recobrarás la inocencia y la paz.
El dolor hace que el hombre se conozca a sí mismo, que sea benigno para con el prójimo. El dolor mantiene la humildad del alma y enseña la paciencia; es un guardián de la pureza y trae al hombre la corona de la felicidad eterna.
Son espíritus malos que están condenados para siempre al infierno y que se ocupan continuamente en inducir a los hombres al pecado con el fin de arrastrar sus almas al infierno junto con ellos.
No es raro que a estas pruebas acompañen la melancolía, enfermedades corporales y, por parte de la sociedad, el abandono, pérdida de la fama, oposiciones, persecuciones, desprecio y pobreza.