17 Jan
17Jan

“Bajo el nombre de ‘Cruz’ se incluyen otras muchas pruebas, tales como la aridez mental, sequedad del corazón, impotencia del espíritu, tentaciones diversas contra la castidad, la paciencia, la fe, la esperanza, la caridad; a veces una desolación del espíritu que llega hasta la agonía espiritual, como sucede en la noche del espíritu de que habla San Juan de la Cruz. No es raro que a estas pruebas acompañen la melancolía, enfermedades corporales y, por parte de la sociedad, el abandono, pérdida de la fama, oposiciones, persecuciones, desprecio y pobreza. Dios quiere o permite estas pruebas por un bien mayor… Bien llevada, la Cruz es una bendición grande de Dios, un signo de predestinación, pues nos conforma con Cristo profundísimamente”. 


R. Garrigou-Lagrange O.P. ‘La unión del sacerdote con Cristo’, página 103.



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