"No te ruego, que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, así como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos con tu verdad. Tu palabra es la verdad." San Juan XVII, 15.
Hemos nacido para vivir eternamente en el cielo, la presente vida es solo un paso a la eternidad, por lo cual debemos precavernos del verdadero peligro que es el pecado mortal.
"Sano o enfermo, rico o pobre, sabio o ignorante, honrado o despreciado, con este o con aquel genio, con muchos o pocos dotes, aptitudes y talentos, puedo alabar, hacer reverencia y servir a Dios."
Porque la carne codicia contra el espíritu: y ese espíritu contra la carne: porque estas dos cosas son contrarias entre sí: para que no hagáis todas las cosas que queréis...