"Vela sobre tí mismo, y sobre la doctrina, persevera en estas cosas. Porque haciendo esto te salvarás a ti mismo, y a los que te oyeren." San Pablo a Timoteo IV, 16.
Nosotros concebimos la vida espiritual muy a nuestro modo, es decir, de una manera muy humana, sobre todo en los principios, cuando no tenemos ninguna experiencia de ella
Muchas veces el secreto de su mal está en que les falta desprendimiento; allá en un rinconcito del alma traen alguna cosilla de la cual no se han podido desprender y aquello es el mal, aquello es lo que hace que no puedan avanzar.
El mayor enemigo de la vida espiritual, según el sentir de los autores espirituales, no es el mundo con sus tentaciones, ni el demonio con sus asechanzas, sino el amor desordenado de sí mismo.
El segundo engaño es prometerme, no solamente larga vida, sino asegurarme que tendré salud, fuerzas y contento con los bienes que poseo, y que ellos también durarán tanto como yo.