Hacedlo todo a gloria de Dios.

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, debemos aprovechar el tiempo que la Divina Providencia nos concede para alcanzar nuestra salvación eterna, huir con presteza de la pereza espiritual, del estado de torpeza mental, de la mediocridad que no lleva ningún beneficio. "Y salió cerca de la hora de vísperas, y halló otros, que se estaban allí, y les dijo: ¿Qué hacéis aquí todo el día ociosos? Y ellos respondieron: Porque ninguno nos ha llamado a jornal. Díceles: Id también vosotros a mi viña." San Mateo XX, 6. 

Trabajemos en nuestra salud espiritual, en nuestro templo espiritual: "¿No sabéis, que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" Corintios III, 16. 

Esforcémonos por vivir en gracia de Dios, dediquemos cada día un espacio para la lectura espiritual, para platicar con Dios nuestro Señor, para la meditación de las verdades eternas, para frecuentar los sacramentos; cobremos devoción a la santa Misa, consagremos nuestra vida a la augusta Madre de Dios, en síntesis, vivamos católicamente. "Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios." Corintios X, 31.  

Se requiere voluntad, ¡querer!, realmente determinarnos a salir de nuestra zona de confort, de llevar una vida cristiana, de ir de bien en mejor, de hacer bien lo que tenemos que hacer; muchas veces se multiplican las obras, con grave daño de la calidad de las mismas, haciendo muchas cosas de manera deficiente; no se trata de hacer mucho, sino de hacer bien lo que tenemos que hacer. 

Roguemos a la santísima Virgen María, nos alcance las gracias necesarias para nuestra salvación eterna, imploremos el auxilio de los bienaventurados para que nos despierten del conformismo espiritual, pongamos una determinada determinación para alcanzar el reino de los cielos. 

"Ama a Jesús y tenle por amigo, que, aunque todos te desamparen, Él no te desamparará ni te dejará perecer en el fin." Imitación de Cristo II, VII, 1.

Dios te bendiga.