08 Feb
08Feb

Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, debemos darnos tiempo para estar a solas con Dios, para hacer oración, platicar, agradecer, suplicar, implorar, pedir... Para dialogar con nuestro Creador. 

"Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré cuan grandes cosas ha hecho a mi alma. A Él con mi boca clamé, y lo ensalcé con mi lengua. Si yo he visto iniquidad en mi corazón, no me escuchará el Señor. Por esto escuchó Dios, y atendió a la voz de mi deprecación. Bendito Dios, que no apartó mi oración, y su misericordia de mí". Salmo LXV, 16. 

Hay ocasiones que tal vez no queremos hacer oración, pero podemos conversar con el autor de nuestra vida, platicarle como lo haríamos con un amigo: nuestras penas, aflicciones, vivencias y alegrías; cuan grato es para Dios el diálogo sincero con sus hijos.

"Al corazón contrito y humillado no lo despreciarás, o Dios." Salmo L, 19. 

¿Hace cuanto tiempo que no platicamos con Dios? Sin prisas, sin ruido, sin interrupciones, en la Iglesia, en la casa, en el campo... Platicar con la persona que más nos ama; con nuestro Padre, hermano, amigo y confidente. "¿Qué puede dar el mundo sin Jesús? Estar sin Jesús, es grave infierno; estar con Jesús, es dulce paraíso." Imitación de Cristo II, VIII, 2. 

Nuestra alma halla descanso en compañía de nuestro Señor Jesucristo, se fortalece y se consuela en la unión con nuestro Redentor, procuremos, por tanto, dedicar cada mes, cada semana, cada día, un tiempo sosegado, en paz, para estar con Dios nuestro Señor; cuantas bendiciones hemos de recibir queridos hermanos de esta sencilla devoción. 

"Pedid, y se os dará: buscad, y hallaréis: llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe: y el que busca, halla: y al que llama se le abrirá. O ¿quién de vosotros es el hombre, a quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra? O si le pidiere un pez, ¿por ventura, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos: ¿cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará bienes a los que se lo pidan?" San Mateo VII, 7. 

Imploremos el patrocinio de la Santísima Virgen María, pidamos la gracia de platicar con Dios nuestro Señor, y vivamos la paz que el mundo no puede dar, la libertad de los hijos de Dios. 


Dios te bendiga.


 

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