Oh María, Madre mía, afligida Señora.
Ayúdame a encontrar paz dentro de mi alma.
Ayúdame a llenar mi corazón de fe,
Ayúdame a servir a Dios,
Ayúdame a ser manso y humilde de corazón.
Ayúdame a amar a Dios como a nadie y
Solo dedicar mi vida entera a adorarlo y esperarlo.
Ayúdame, Madre mía, a darte solo alegrías y no tristezas.
Ayúdame a hacer cosas grandes por Dios y por ti.
Ayúdame a procurar la salvación de mis hermanos.
Ayúdame a bendecir tu nombre cada día,
Cada segundo, cada instante.
Ayúdame Reina mía, a lograr ser
Lo que tú quieres que sea,
A lograr hacer lo que tú quieres que haga.
Ayúdame a que en mi corazón haya abundancia
De paciencia, caridad y amor.
Ayúdame, abogada y gran Señora mía,
A darte amor todos los días de mi vida.
Ayúdame en fin, madre mía,
A poder gozar la dicha de contemplar
Tu bello rostro y ábreme la puerta del cielo.
Sé tú mi luz y mi gran inspiración para todo.
Amén.