"Vela sobre tí mismo, y sobre la doctrina, persevera en estas cosas. Porque haciendo esto te salvarás a ti mismo, y a los que te oyeren." San Pablo a Timoteo IV, 16.
El Concilio de Trento nos enseña que Dios no manda cosas imposibles, sino que quiere que pongamos de nuestra parte cuanto podamos, y pidamos gracia para hacer lo que no podemos por nosotros mismos.