Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, es aconsejable en este tiempo de Navidad y fin de año, dedicar algún tiempo a analizar nuestra vida espiritual, meditar en como estamos terminando el año ante la presencia de Dios nuestro Señor, cuanto hemos desaprovechado las gracias e inspiraciones que hemos recibido; todo esto con la intención de vivir en estado de gracia, de llevar una mejor vida de oración, de practicar las virtudes que más hemos menester, de aprovechar las penalidades de cada día para inmolarnos en la presencia de nuestro Divino Redentor.
Procuremos pasar la Navidad en gracia de Dios, de adorar al santo niño Jesús en su nacimiento, pidiendo que nazca en nuestros corazones, que nos ayude a vivir santamente, a frecuentar los sacramentos, a tener devoción a la bendita Madre de Dios, a hacer examen de conciencia; en síntesis, a llevar una vida católica.
No es imposible amados hermanos, pues la voluntad de Dios es nuestra santificación, como dice el apóstol san Pablo, y siempre contaremos con la gracia necesaria, hagamos el esfuerzo en este tiempo hermoso de la Navidad para vivir en amistad con el Autor de nuestra vida, procuremos hacer una buena confesión con paciencia y detenimiento.
"Bienaventurados los que se alegran de entregarse a Dios, y se desembarazan de todo impedimento del mundo." Imitación de Cristo III, I, 1.
Busquemos al menos unas horas de oración y meditación, sea en nuestra casa, en la Iglesia o en algún lugar a propósito para la reflexión donde podamos encontrarnos con nuestro Creador, invoquemos con fe la presencia del Espíritu Santo, apacigüemos nuestra alma para abrir nuestro corazón al santo niño Jesús.
"¡Oh alma mía! Considera bien esto, y cierra las puertas de tu sensualidad, para que puedas oír lo que te habla el Señor tu Dios." Imitación de Cristo III, I, 1.
Pongamos un poco de calma, tranquilidad, y orden en nuestra vida, apartémonos por un momento del bullicio, de las prisas, y compromisos sociales que algunos de ellos nos hacen perder mucho tiempo; todo esto con la intención de tener un momento para el santo niño Jesús.
Hablemos con nuestro Señor, como a un padre, amigo, confidente, abramos nuestro corazón, saquemos lo que nos ha lastimado, nuestras miserias, lo que nos ha alegrado, compartamos los éxitos y fracasos que hallamos tenido en el año que termina, de tal suerte que no halla secretos entre nosotros.
Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne concedernos las gracias necesarias para tener un momento de reflexión, de meditación, y de agradecimiento con el santo Niño Jesús.
Dios te bendiga.